jueves, 17 de marzo de 2011

La tabla de multiplicar



Tengo la impresión de que últimamente debo haber comido algo en mal estado, ya que de no ser así no encuentro explicación a la constante sensación de indignación que me gobierna día tras día.

Para los que se despisten fácilmente: hoy toca Libia vs ONU.

Todo el movimiento de revueltas antidictatoriales iniciado en Túnez, continuado en Egipto y difundido por un importante grupo de países islámicos en los últimos meses ha encontrado su frenazo en seco en Libia. La verdad, no me sorprende especialmente. Es posible que muchos no sepan y otros hayan olvidado que Gadafi fue el tipo que puso a los americanos ciertos elementos genitales de corbata en los ochenta (yo era pequeño, así que espero no equivocarme de década). Lo que si recuerdo era un individuo que hablaba raro y al que los yankis querían patearle el trasero...claro, en aquella época yo no sabía nada de relaciones internacionales, acuerdos de explotación de yacimientos energéticos o estabilidad en zonas de posible concentración de islamistas radicales. Tampoco ha cambiado mucho el patio, vamos, que no es que haya aprendido mucho, pero al menos ahora intento tener los ojos algo más abiertos.

Este párrafo en realidad puede resumirse de forma sencilla: hay un dictador -que lo es- que no piensa abandonar  su posición de poder, además es respaldado por el ejército y, para más inri, anda cabreado por que la "comunidad internacional" no está de acuerdo con lo que hace y le llama malo, malo , malo. Vale, este es Gadafi.

Pero qué me indigna realmente: pues casi todos los demás, es decir, la ONU. Qué bonito nombre, "Organización de Naciones Unidas" heredera de la inolvidable "Sociedad de Naciones" anterior a la Segunda Guerra Mundial e igual de inepta que la que ahora parece servir de foro universal. Vergüenza deberían sentir. Y que quede claro, incluyo a España como una corista más en un teatro de ridículas marionetas.

Hace semanas se viene hablando de tomar medidas represivas contra la actuación salvaje del libio: que si las restricciones aéreas, que si la intervención militar, que si bloquear las cuentas del dictador en el extranjero. Vamos, que si este es el organismo que a nivel mundial rige las decisiones de las relaciones internacionales, yo, si fuera Gadafi, estaría partiéndome de risa mientras juego a la PS3 el "Medal of Honor" al mismo tiempo que sus tropas hacen lo propio pero matando personas de carne y hueso.

Aviso a corazones sensibles: la próxima frase es tremenda. Qué bien le ha venido a la ONU el desastre de Japón. Terremoto + Tsunami + fuga nuclear significa desviar la atención de la la sociedad civil hacia un desastre sin precedentes y, obviamente, olvidar el conato de guerra civil que tiene a Gadafi arrasando a su propio pueblo. Con todo lo acaecido en la isla nipona se ha conseguido, por gracia divina, quitarse de encima la presión de los medios de comunicación y  una prorroga de cara a ver qué pasa en el país africano: Gadafi seguirá siendo el chico malo, malo , malo, pero quizá si gana sencillamente pase a ser revoltoso o puede que ni eso (poseer recursos energéticos indispensables hace que cambie el concepto que se tiene de ti). 
También puede ser que si la cosa se alarga -algo que sinceramente dudo- tengamos que rebajar nuevamente nuestro límite de velocidad, ahora de 110 a 100, o mejor, vamos en patinete o a caballito, 5 minutos te llevo yo y cinco me llevas tu, no vaya a ser que gastemos de más y de pronto el país de los hispanos como tú y como yo abra los ojitos para ver lo tontos que somos.

Sea como fuere, hay una cosa que nunca olvido y es la tabla de multiplicar, especialmente aquella regla que decía que cualquier número multiplicado por cero da como resultado cero. Eso es lo que pasa en el mundo, puedes ser un asesino de masas, pero si posees recursos clave y una mínima capacidad militar para defenderlos, tus pecados se multiplican, antes o después, por cero. Claro está, con el beneplácito y aprobación de aquellos a los que denominamos "nuestros dirigentes".

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