lunes, 25 de abril de 2011

La mente nos ayuda (si la dejamos)





Posiblemente por que estamos disfrutando de lo que se ha denominado "la década de oro del deporte español" (que por mi parte espero que sea mucho más longevo que una década), es por lo que el conjunto de la sociedad  presta cada vez más atención a las competiciones de todo tipo, incluso aquellas que hasta hace pocos años permanecían olvidadas en el limbo televisivo.


Centrándonos en España: la irrupción de Fernando Alonso en el mundial de F1 consiguió salvar la emisión de ese deporte en la parrilla de  TVE (aunque luego ya sabemos cómo ha saltado de cadena); Gasol hizo que la NBA retomara un impulso mediático olvidado tras la generación  de Magic, Bird, Jordan, Karem, etc; Contador (pese a las acusaciones de dopaje) ha traído de nuevo el enganche al ciclismo, algo que estaba algo abandonado tras la retirada de Induráin...son algunos de los ejemplos nacionales, aunque hay más (el tenis quizá es un caso aparte, por que aunque lo de Nadal es inconmensurable, los últimos 20 años han tenido buenos resultados y gran seguimiento).


Sin embargo no quiero hablar de qué se ve más o menos, sino de qué hace de esta gente lo que es: números uno. 


Es innegable que la genética tiene un factor determinante a la hora de capacitar a cada persona con unas cualidades potenciales, y que el trabajo duro y constante es la base del éxito, pero ¿qué diferencia a un/a ganador/a de alguien extraordinario? Su fortaleza mental.


Yo diría que una autoestima fuerte y una elevada resistencia a la frustración son los ejes principales que conducen a alcanzar un punto inalcanzable para otros. Tener fe en un@ mism@, saber que una derrota no es el fin del mundo - más bien una oportunidad de analizar tus fallos y solventarlos -, enfadarte cuando sabes que eres capaz de más pero que en esa ocasión algo ha fallado y sacar energía de ese enfado para tomar nuevo impulso. Esos elementos son la diferencia.


Volviendo al tenis, Djokovic ha empezado el año arrasando, pero sus cualidades físicas son las mismas. La diferencia es su voluntad de ganar, de no dejarse hundir por dos puntos perdidos, algo que le afectaba sobremanera hasta hace poco. Ferrer es otro gran ejemplo: en dos semanas ha perdido en dos ocasiones con el que posiblemente será el mejor tenista de la historia cuando se retire (y alguien con una capacidad de superación excepcional), pero aún así se ha enfrentado a él con confianza, sin dar nada por perdido de antemano y tampoco en el transcurso del partido. 
Un ejemplo anterior en el tiempo (y sé que esto puede traer críticas y gracietas) lo tuvimos en Arnold Schwarzenegger, quien ganó 7 Mister Olympia en la década de los 70 y, como admitió más tarde, en varias ediciones había competidores en mejores condiciones físicas, pero él  sabía que podía ganar si transmitía suficiente energía y confianza. Y ganó.  


He hablado de deporte por que es un elemento muy visible para todos, pero esto mismo es aplicable a cualquier ámbito de la vida, y con la ventaja de que no dependes tanto del físico: puedes estudiar matemáticas con 80 años y, posiblemente no serás el mátemático más brillante de la historia, pero con seguridad serás una persona más plena por que habrás hecho lo que quieres hacer y habrás cumplido una de tus metas, tuya, personal y por tanto única. Y quien habla de estudiar hablar de iniciar cualquier actividad, mejorar tus habilidades en un trabajo, aprender a conversar mejor escuchando a otros contertulios, etc etc.


La voluntad, la curiosidad y, sobre todo, el deseo de ser mejor de lo que eres hoy son los cimientos de un yo más pleno y satisfactorio. Al fin y al cabo, eres la persona más importante de tu vida, siéntete orgulloso de perfeccionarte.


Tomando ejemplo de mi propio post me planteo diversos propósitos y metas, con la confianza de que mi voluntad será fuerte, mi curiosidad suficiente y mi deseo de mejora cada vez más importante. Ánimo a mi mismo y ánimo a los que sigáis la misma vía.


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