lunes, 16 de noviembre de 2015

Otro paso en el camino

Escribo esta entrada a las 23:13 de la noche del 15 de noviembre de 2015, dos días después de la masacre terrorista acontecida en París. Han pasado sólo 48 horas de los ataques y me entero por televisión de que Francia, como respuesta a los atentados, ha atacado en colaboración con Estados Unidos un centro de entrenamiento y un depósito de armas en Siria.

Antes de nada quiero dejar claros un par de puntos para evitar equívocos durante la lectura de las ideas expuestas más abajo:
  • En primer lugar hago público mi asco y repulsa. Lamento profundamente que muchas familias se hayan encontrado con una situación como ésta, difícil de entender y, por ende, de asimilar. Mis más sincero abrazo a todos aquell@s que hayan sido afectados, así como a sus familias y  amigos.
  • Es posible que algunas de mis ideas no sean políticamente correctas. No pretendo ofender a nadie, simplemente reflexionar sobre algunos aspectos derivados de lo sucedido.
Es evidente que el mundo cambió al caer las dos torres de New York: el mundo se ha globalizado a todos los niveles y, como todo, eso tiene aspectos positivos y negativos. Hoy no tocan los positivos.

Vivimos en mundo que vuelve a la senda del miedo, en la se renuncia a ciertas libertades en aras de la protección, de la seguridad...aunque esta sea ficticia, como tristemente hemos redescubierto una vez más. Nos sentimos parte de un engranaje coherente, en el que si hacemos cosas buenas pensamos que lo habitual es que no nos vaya mal, aunque somos conscientes de que no es realmente así. La indignación y la rabia nos llenan y rebosan ante los atentados, la violencia, la injusticia...o no.

Lo cierto es que no, es que nos indignamos y dejamos llevar por la rabia cuando las matanzas se hacen en nuestra casa, cuando nos identificamos con el ciudadano de corte occidental que compra en Zara, en Ikea y conduce un Peugeot. Vamos, que nos indignamos cuando pensamos "ese podía haber sido yo o mi hija o mi hermana o mi madre". Pero ¿cómo nos afecta cuando no sucede aquí?

Va para 5 años la ¿guerra / masacre / exterminación? siria, todos los días nos cenamos el telediario con asesinatos de civiles (niños incluidos), con bombardeos, con ataques de todo corte y condición que mutilan familias enteras. Pero esto no nos afecta porque lo oímos de pasada mientras masticamos el trozo menos tierno del solomillo que nos estamos metiendo entre pecho y espalda.

Según datos de Acnur, en julio de 2015 se superaron los 4 millones de refugiados sirios, gente que huye de su casa mientras lo sea, mientras pueda escapar del próximo chupinazo que les entierre entre los escombros de lo que era su hogar. Los datos de fallecidos en la huida son imposibles de conocer, pero no son pocos, no son menos que los fallecidos el viernes. Sencillamente son pérdidas de segunda o segunda b, no son europeos.

¿A qué viene ésto? pues que me planteo varias dudas de las que no sé si quiero conocer la respuesta más sincera:

- Miles de personas llamando a las puertas de Europa y a las que cada vez les ponemos más trabas, no sea que nos contagien de un malsano aroma a  muerte. ¿pasaría algo así en cualquier país europeo? Si en Austria, por decir uno, se declara una guerra civil que obliga a salir en desbandada a miles de civilizados austriacos ¿les abriríamos las puertas o al menos no las cerraríamos? Os dejo el siguiente enlace:

https://www.facebook.com/fpaniorte/videos/10207603254664027

- ¿Se ha hecho algo por parte de los gobiernos que llevan las riendas del mundo para cambiar la situación en Siria? ¿Se ha hecho algo que debilite la fuerza del Estado Islámico y grupos de corte similar? Pues según el señor Cameron, primer ministro del Reino Unido, se les ha asestado un golpe en el corazón porque al parecer (no está 100% confirmado) se ha eliminado al ejecutor que aparecía en los vídeos del Isis que mostraban asesinatos de occidentales y algún que otro foráneo. Y esto nos lo dicen la mañana del viernes 13, unas 12 horas antes del inicio de la matanza parisina.

Quizá es cosa mía, pero tengo la impresión de que se corre mucho para anunciar victorias (que en realidad son nada) en vez de solucionar el problema de base. Y sobre todo se habla sin tener ni idea de cómo funciona un grupo terrorista como éste. ¿Cómo enfrentarse a un enemigo que está deseando morir por su creencia? 

- Entiendo perfectamente la reacción francesa y los bombardeos del domingo, pero de nuevo me asaltan las dudas ¿sabían dónde estaban esos enclaves antes del viernes? En caso de que no hubiese sucedido nada ¿Algún país europeo habría atacado Siria? En realidad, estas dos preguntas son retóricas, ya que la respuesta es más que evidente: si y no. Es decir, ¿por qué no se ha actuado antes? La intuición me dice que porque hay mucho más en las sobras (intereses económicos, guerras subterráneas de poder) que lo que vemos.

Por no extenderme, concluyo con una reflexión:

La cultura occidental vive engañada, mediatizada: Las desgracias de países ajenos al nuestro son como culebrones de telediario en el que vemos capítulo tras capítulo sin apenas sorprendernos, porque las observamos con el prisma de la distancia y, también hay que decirlo, de la prepotencia de creernos ciudadanos de un mundo mejor, un mundo que merecemos y ellos no (que hubieran sido más listos...).

Vivimos en una realidad en la que conocemos verdades a trocitos, los que se nos muestran para aplacar las malas conciencias. Nos quejamos de la gente que asalta Europa, del uso de armas de todo tipo contra la población civil, de las salvajadas retransmitidas por estos grupos. Pero olvidamos que la gente que huye tiene nombres y apellidos, una historia, una familia, un hogar....perdón, la mayoría de esas cosas las tenían (¿probamos a ver cómo reaccionamos si bombardean nuestra casa, matan a nuestros hijos delante de nosotros y nos quitan todo lo que alguna vez hemos sido?). 

Olvidamos que las armas de esos grupos provienen de países occidentales en su gran mayoría (el resto mercado negro, muchas veces de nuevo auspiciado por esos países) y que se les han vendido durante décadas a dirigentes y/o grupos que por intereses politicomilitares han interesado por una u otra razón (claro, a veces te sale un Bin Laden o un Isis y tenemos un problema). 

Olvidamos que en los ataques preventivos de los países occidentales, esos que vemos por televisión como un videojuego porque ya sólo hace falta darle al mando y al botoncito para matar a 5000 kms de distancia, tienen la increíble estadística de que cada 10 muertos, 9 eran civiles que no eran objetivo militar (gran concepto el de "daños colaterales"...con eso a dormir tranquilos). 9 de cada 10...¿y si estás en tu casa y destrozan fragmento de tu vida por error? "Ah vale, nada, no te preocupes, ya entierro a mi gente y no hay problema, un abrazo". Me da que no. Que muchas de las víctimas y sus familiares querrán venganza. Al igual que sucedió con las víctimas y familiares de los ataques de Madrid, los de Londres, los de París...entonces ¿en qué somos diferentes?

Y por último, olvidamos que, como en gran parte del planeta, muchos de los conflictos que ahora empiezan a salpicarnos (y espero equivocarme, pero me temo que esto está empezando nada más) se han generado desde nuestra casa, desde esos salones post-guerras mundiales en los que con regla y escuadra se dibujaron fronteras y países a gusto y conveniencia de los aliados, mientas los ciudadanos eran menos que nada. Se ha diseñado el mundo desde despachos de políticos que al final rinden cuentas a empresas, las verdaderas mandamás del planeta.

Termino diciendo que creo que lo sucedido el viernes no es la culminación de nada, es sólo un paso más en un camino de incierto destino. Quizá se debería reflexionar de qué ha pasado en las últimas décadas para encontrar los problemas de base y plantear salidas pacíficas hacia el futuro. Deseo que sea así. Aunque me temo que, como tantos otros, este deseo se quedará en nada.







1 comentario:

  1. Bueno, al rato de producirse la masacre de París ya comenté en Facebook que debemos mirarnos más el ombligo ante estas cosas (y otras que ocurren) y que reaccionamos únicamente cuando "nos toca de cerca" porque nos vemos reflejados en esas víctimas. Lo triste, es que estas situaciones, se remontan como bien dices a décadas atrás, cuando unos cuántos decidieron repartirse el pastel del petróleo y otros recursos para enriquecerse ellos, empobrecer al resto e imponer sus criterios con la escusa del desarrollo económico.
    Algunos matan en nombre de su Dios, otros lo hacen en nombre de sus intereses. No justifico ni lo uno, ni lo otro, pero los segundos, no son mejores que los primeros.

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